Este blog trata de la continuidad del proyecto educativo "Conociendo y valorando nuestro Patrimonio Cultural monumental: Huaca Fortaleza de Campoy", de la I.E. Nº 0090 "Daniel Alcides Carrión" de Campoy, que promueve el conocimiento y valoración de nuestro patrimonio cultural y natural, mediante el grupo de Defensores del patrimonio y Guías escolares de turismo KUSI SONQO, dirigidos por el Profesor Arturo Vásquez Escobar.
sábado, 21 de agosto de 2010
22 DE AGOSTO. DÍA MUNDIAL DEL FOLCLORE
En 1846, el estudioso William J. Thomas acuñó la palabra compuesta folklore: folk: popular, lore: ciencia o saber del pueblo, que alcanzó singular difusión internacional, y terminó siendo utilizada, con el paso de los años, en sentido peyorativo, para designar “el saber de todos los pueblos que tienen culturas distintas de la occidental”. En nuestro país, se generalizó su uso para identificar los conocimientos y sabiduría nativos, negándoseles el “estatus” de cultura o arte. Es más, se ha considerado al llamado folklore como opuesto en esencia a la modernidad, a la ciencia y a la racionalidad, un saber no apto como posible alternativa de desarrollo socioeconómico y cultural. Esta apreciación prejuiciosa no resiste el menor análisis. El Perú es tal vez el único país de América que puede exhibir más de 5,000 años continuos de civilización. Su cultura milenaria ha sabido valorar debidamente la relación hombre-naturaleza, así como desarrollar tecnologías respetando la tierra, instituyendo la solidaridad y la reciprocidad como parte del ejercicio de la libertad y de la justicia. Resulta lamentable que las expresiones de esa cultura, en tanto componentes del folklore, sean ignoradas o marginadas.
En todo caso, en ausencia de una palabra que la reemplace y destaque su importancia, es conveniente precisar que la utilizamos para aproximarnos al conocimiento de uno de los más vastos y perdurables nexos del pueblo peruano con su cultura ancestral: los mitos, ritos, tradiciones, cuentos, leyendas, danzas, poesías, canciones que, tras un lento proceso de asimilación por nuestro pueblo, se enraizaron y fructifican en todos los aspectos de la vida. Estas expresiones culturales no han permanecido incontaminadas, sino que se han enriquecido permanentemente, a través de aportes sucesivos, mediante diversos procesos migratorios que caracterizan nuestra historia. En consecuencia, el arte y la cultura presentes en nuestro folklore no se han conservado de manera estática o impermeable, y no se distinguen por alguna pureza arcaica, si la hay. Entre nosotros, algunos podrían reconocer como “nuestros”, por ejemplo, el arpa o la guitarra, y éstos, en realidad, son instrumentos de larga historia a través de culturas, países y épocas diversas. Esto o aquello, debe ser considerado perteneciente a nuestro folklore porque lo hemos asimilado, porque con ello hemos integrado un complejo que, aún constituido por elementos extraños y antiquísimos, representa en cierto modo nuestra propia recreación colectiva y anónima. Bajo estas consideraciones, el maestro o estudioso del folklore tiene un gran reto: no sólo documentar lo lugareño y típico, sino analizarlo y compararlo.
Desde este modesto espacio. Queremos dar nuestro reconocimiento a todas aquellas personas que persisten en el estudio, investigación y divulgación de nuestra sabiduría milenaria, como la construcción de un peldaño más en la búsqueda real de nuestra identidad cultural.
Hombres y mujeres de nuestro remoto continente que todavía no cesan en su esforzada tarea de fortalecer los lazos que nos unen como hermanos de un mismo suelo.
Agradecer a todos aquellos hermanos que cultivan ancestralmente la sabiduría ancestral y que nos dejan claro el camino por donde habremos de transitar, para formarnos solidamente como dignos herederos de una infinita riqueza.
Atentamente.
Lic. Arturo Vásquez Escobar.
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