AÑO DEL CENTENARIO DE MACHU PICCHU PARA EL MUNDO: PARA REFLEXIONAR.

Desde esta modesta ventana, queremos reconocer y valorar el legado de nuestros antepasados, pero no de una manera alegórica y demagógica. Nosotros estamos de parte del conocimiento y valoración de nuestros patrimonio cultural en todas sus manifestaciones.
Machupicchu significa para nosotros nuestro estandarte a nivel mundial, pero lo que vale de Machu picchu no es su potencial turístico, es decir la forma. Lo que vale de Machu picchu es la esencia de una cultura milenaria que no nació hace 100 años, es decir el fondo.
Si queremos valorar Machu picchu o cualquier manifestación cultural andina, empecemos por valorar su esencia, detrás de los muros imponentes de Machu picchu hay una tradición de cohesión social con fuertes lazos, donde se resalta lo humano en palabras como reciprocidad y redistribución que fueron los pilares básicos del desarrollo de una de las culturas más importantes del mundo.
Detrás de Machu picchu hay manifestaciones artísticas, científicas, arquitectónicas, etc. producto de la síntesis cultural de la sabiduría milenaria de hombres y mujeres que habitan nuestro territorio desde hace 20 mil años aproximadamente; y que hace más de 500 años uno de los personajes ilustres de nuestra historia como el Inca Pachacutic, mandara a construir esta hermosa ciudad. Creemos que estas cosas deben ser puestas en el conocimiento de cada uno de los peruanos y visitantes a nuestra patria.
Hasta cuando estaremos "valorando" la superficialidad de las cosas. Hasta cuando seguiremos siendo alegóricos y no conocedores cabales de nuestra historia.
Machu picchu y nuestra cultura andina no merecen que se les trate de esta manera.
Machu picchu no nació hace 100 años cuando una delegación de aventureros gringos de la Universidad de Yale, saquearon y robaron preciados tesoros de incalculable valor patrimonial e histórico.
Hasta cuando veremos la Historia del Perú con ojos occidentalizados, o mejor dicho desde afuera hacia adentro, lo que tenemos que mostrarnos a nosotros y después al mundo; es que hemos aprendido de la sabiduría milenaria de quienes construyeron Machu picchu y no de un hecho tan burdo como una expedición aventurera. Aprendamos a estudiar, conocer y valorar nuestra cultura desde adentro, cimentando las bases de un pétreo conocimiento de las cosas. Para poder defender nuestro patrimonio a cabalidad.
Valoremos lo majestuoso de Machu picchu, desde sus raíces, desde las entrañas mismas de nuestra cultura originaria y no de hechos fortuitos.
Es verdad triste, que la demagogia una vez más se apodere de iniciativas mediáticas para sugerir la valoración de nuestro patrimonio.
Si estuvimos apoyando que Yale devuelva nuestro patrimonio, ahora les vamos a dar a ellos el crédito de tamaño "descubrimiento", es decir que ahora para todo el mundo Yale se llevará el crédito de haber dado al mundo nada menos que Machu picchu, es decir que sin Yale, Machu picchu es nada.
Hasta cuando señores que gobiernan; gobernarán con este tipo de actitudes alegóricas y demagógicas. Creemos que el Ministro de Cultura del Perú, el Sr. Juan Ossio, debiera de pronunciarse de manera seria acerca de la nomenclatura del año 2011.
Este año para nosotros debió llamarse "Año del centenario del nacimiento de José María Arguedas", personaje ilustre y cumbre de nuestra literatura y del conocimiento y valoración de nuestra cultura andina.
Promovamos que el nombre de este año sea cambiado. Hagamos sentir que nuestra intención no es alegórica ni demagógica, por el contrario es una posición firme de conocimiento y valoración de nuestro patrimonio cultural. En pro del respeto por nuestra Historia del Perú y de su difusión para las nuevas generaciones.
Atentamente.
LIC. ARTURO VÁSQUEZ ESCOBAR.
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