Día del Artesano: justo homenaje
Por Diana Aguirre (*)
Los artesanos son poseedores de una destreza manual que, con una inmensa creatividad e ingenio, son capaces de transformar los materiales más sencillos en obras dignas de admiración: ollas de barro, platos de mate, joyas de oro y plata, esculturas de barro, cestas, sombreros e inclusive máscaras que satisfacen necesidades materiales y espirituales de una comunidad y, a la vez, transmiten un rico mensaje cultural. En todos los rincones del mundo encontramos artesanos. Por ello, se ha destinado un día, el 19 de marzo, para homenajearlos, a nivel mundial; y, en Piura, habrá actividades especiales durante la semana.
En nuestro país, esta fecha debe celebrarse con especial entusiasmo, por ser eminentemente artesanal, como nos lo recuerda Luis Repetto “los artesanos peruanos de hoy son herederos de antiguas tradiciones y, mediante el trabajo manual, transforma una variedad de materias primas también artesanales, en obras de arte popular, entregándonos un mensaje de forma y color que encierra ideas y formas de ver el mundo” . Según información de la Dirección Nacional de Artesanía, en el Perú hay unos dos millones de personas que se dedican a esta labor. Piura no es la excepción, pues viven en ella muchos hombres y mujeres que viven de ella, poniendo en cada una de sus obras destreza y creatividad, transmitiendo herencia prehispánica e hispánica, que los hace merecedores de homenaje.
Hay que destacar que existen muchos conglomerados artesanales de diversas líneas en nuestra región, aunque muchas veces permanecen en el olvido: alfareros, tejedores, escultores, joyeros, entre otros, que regalan belleza y arte en sus obras.
Haciendo un recorrido por nuestra provincia, encontramos en Catacaos: a destacados artesanos de filigrana de plata, quienes elaboran finísimas joyas como las delicadas y bellas dormilonas; en uno de sus caseríos (Simbilá) se desarrolla la alfarería utilitaria, de origen prehispánico, que se transmite de generación en generación; en Narihualá y Pedregal, están las mujeres tejedoras de fibra vegetal, cuyas manos dieron origen al famoso sombrero de paja toquilla de reconocimiento internacional y que, en la actualidad, hacen gala de su destreza tejiendo diversos y bellos artículos de paja. Destacan, además, los escultores que tallan la madera con gran maestría; los talabarteros que confeccionan diversos objetos de cuero; a los torneadores de zapote que nos brindan diversos artículos para el hogar, y los artesanos pirograbadores de mates cuya herencia data de tiempos prehispánicos.
En otros rincones de nuestra región hacen gala de su arte los ceramistas de Chulucanas, que han merecido innumerables reconocimientos y estudios, por haber rescatado las técnicas prehispánicas para aplicarlas hoy. Ésta es una muestra de la fusión que se da entre lo antiguo y lo moderno y de cómo la tradición y la innovación van de la mano, contribuyendo al enriquecimiento de nuestro bagaje cultural.
Esta alfarería utilitaria y decorativa la podemos encontrar, también en Simbilá, en Ayabaca y Talara. Artesanos diestros en la textilería los ubicamos en Huancabamba, Ayabaca y Sechura, que también brindan apreciar coloridos y finos textiles hechos en telar de cintura.
Por último, no podemos dejar de mencionar los artículos en recursos marinos elaborados por creativos artesanos de Paita, Talara y Sechura quienes -a partir de los deshechos marinos- confeccionan arreglos florales y diversos ‘souvenirs’.
Este breve recorrido por la inmensa gama de líneas artesanales que poseemos en nuestra región, nos debe llevar a conocer y valorar la rica herencia cultural que tenemos, que ha sido enriquecida a través de los años y que ha permitido tener esta diversidad de artesanos que nos regalan su arte popular como muestra de la riqueza espiritual que poseemos.
Como vemos, nuestros artesanos son tesoros vivos de la cultura inmaterial piurana y merecen que hagamos un espacio en nuestras innumerables tareas cotidianas para acudir a las actividades programadas para homenajearlos. Seamos partícipes activos de su obra y mensaje; sin duda esto será un aliciente espiritual que les animará a seguir transmitiendo cultura a las próximas generaciones.
(*) Profesora de la facultad de Ciencias y Humanidades. Universidad de Piura.
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