Este blog trata de la continuidad del proyecto educativo "Conociendo y valorando nuestro Patrimonio Cultural monumental: Huaca Fortaleza de Campoy", de la I.E. Nº 0090 "Daniel Alcides Carrión" de Campoy, que promueve el conocimiento y valoración de nuestro patrimonio cultural y natural, mediante el grupo de Defensores del patrimonio y Guías escolares de turismo KUSI SONQO, dirigidos por el Profesor Arturo Vásquez Escobar.
domingo, 13 de marzo de 2011
La danza el “kawiri”: patrimonio cultural de la humanidad.
ESCRIBE: Ernesto Ramos Mendoza.
El carnaval es una de las fiestas más importantes de la región andina. El baile característico y vital de esta fiesta del pueblo acoreño, lo constituye, la danza el “kawiri”. Esta danza, conforme a los antecedentes que hemos recogido, no podía ser excluida del Patrimonio Cultural de la Humanidad; teniendo en cuenta que el baile es en homenaje a los cultivos papales en pleno flor. Para el mundo, hasta el descubrimiento de América no había un sitio, país o estado dónde se desarrollaba la papa.
En los primeros meses del año en curso (2011), varias danzas fueron registradas en la nómina del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco. En el caso del Perú se consignó, la danza de las tijeras y la huaconada. Ambos del distrito de Mito, jurisdicción de la provincia de Concepción del departamento de Junín.
De acuerdo a las investigaciones históricas la papa se originó en el actual espacio turístico de Pucará, conocido a nivel mundial por sus famosos Toritos. Por ello, Samuel Frisancho Pineda nos dice: “Puno tiene la gloria de haber sido la cuna de la domesticación de la papa…”. Del mismo modo, el Dr. David Spooner de la Universidad de Wisconsin – USA, afirma que: “se ha demostrado que los ancestros silvestres que intervinieron en la domesticación de la papa son aquellos que se encuentran en el norte del Lago Titicaca (territorio peruano)”.
En este entender, la papa es puneña, se originó en “Qala Uyu” (Pucará-Lampa). En el país el cultivo de este tubérculo se realizó desde la época pre-inca del siglo VIII Ac. En 1550. Los españoles se familiarizaron con esta planta y lo transportaron a Europa en 1554; constituyéndose allí en un producto muy cotizado, hasta que llegó a aplacar todo la hambruna de 1858. Por ello, se afirmó: “Soy de un pueblo que se alimentaba de castaña hasta que se descubrió América. Hoy la base fundamental de nuestra alimentación como pueblo campesino es la papa, que no conocíamos hace 500 años; sin embargo, actualmente sin la papa no podemos vivir” (Enrique Aller, 243. Reunión Anual de etnología 1992. T. II).
En la coyuntura actual la siembra y producción de esta flora, se ha extendido a todos los confines del planeta, que según los analistas llegaría a cinco mil variedades y en el Perú se aproximaría a 4000 diversidades.
Entendida que patrimonio cultural, es todo aquello que constituye la herencia común de una colectividad. La danza el “kawiri” que se baila en la fiesta del carnaval en el distrito de Acora, es una herencia ancestral de carácter colectiva.
En cuanto a sus antecedentes históricos no se sabe a ciencia cierta, cuántos años de subsistencia tiene ésta danza. Sin embargo, de acuerdo al material empleado para la confección del “Mari” que es el disfraz del “qawiri” o “kawiri”, como son perlas, espejos, pedrerías y otros enseres, dataría desde 1os primeros décadas del descubrimiento de América o bien desde 1532, año de la invasión española al Imperio Inca.
En cuanto a los pasos, movimientos y otros levantamientos kinestésicos de la danza, Jesús Raymundo Taipe, afirma que las danzas: “testimonian que la cultura tradicional se escribe con pasos y movimientos ancestrales que hoy acompañan la vida colectiva. Son manifestaciones vigorosas que agregan con naturalidad la dimensión mágica a lo cotidiano. Son como libros que se escriben desde hace mucho tiempo y que testimonian la memoria y las visión, los conocimientos y la creación, la vida y la eternidad”.
Sin lugar a dudas, las fiestas andinas incluida los carnavales constituyen todo un sistema ritual basado en tres estaciones bien marcadas: El “Jallupacha”, el “Juyphipacha” y el “Autipacha” o “Luphaqpacha”. El primero es la época de lluvias. Se caracteriza por una serie de actividades rituales relacionadas con la fertilidad de la tierra. Al respecto Roberto Fernández Erquicia afirma: “Como rituales colectivos, las fiestas son la parte práctica de la religión para relacionarse con el campo sagrado utilizando para ello la reciprocidad”. “si no bailo la “Pachamama” me castiga, no sólo a mi, sino también a mi familia y a toda la comunidad”. “Este año mis papas están bonitos, debo de bailar”. Precisamente, el “kawiri” como danza agrícola y costumbrista del aporque, conexiona tal como se ha indicado hombre-tierra, hombre-pachamama, hombre- producción agropecuaria.
Socialmente, los ejecutantes de esta danza tienen que ser casados, esposos o bien convivientes. No es como el baile de las tijeras y la huaconada del Mito, o los tucumanos de Argentina, donde se divierten puramente varones. O también la pandilla, donde el hombre puede retozar con la esposa de otro, o la mujer con el esposo de otra. Esta costumbre es propia del mundo occidental. Allí, se maneja el individualismo, la unidad es uno; en tanto, que en el mundo andino prima la paridad. No existe el hombre ni la mujer sola. Todo es par. Todo es “chacha-warmi”, todo es “único”. Además, dentro del “kawiri” se habla de un “tinku” (encuentro) que en otras danzas de talla mundial no existen.
Según la ideología de los actores (kawiri), la finalidad de esta danza es alegrar y agradecer a la “pachamama” por haber favorecido una buena producción y una buena recolección de frutos. Pero no solamente se ofrenda a la Madre Tierra a través de estas actitudes, sino que también se realiza a través de la “chaqallada” (música), porque si no hay música, no hay danza, e inversamente, si no hay danza no hay música. Entonces, la danza y la música no pueden ser vistos como expresiones exclusivamente artísticas, sean éstas coreográficas, organológicas o exclusivamente musicales, sino como parte de una totalidad social concreta. De esta manera, podemos encontrar que existen varias lecturas del ritual colectivo, donde intervienen de manera interrelacionada y recíproca danza, música, vestimenta, alcohol, rituales, dioses ancestrales, y santos católicos andinizados.
Asimismo los participantes de la danza el “kawiri” tienen sus propias concepciones políticas, jurídicas, filosóficas, religiosas, etc., sujetas a las condiciones históricas y sociales: agricultura, procreación de animales. Mitos, religiosidad “cristiana” y andina, reproducción del dinero, prestigio, etc.
Para los acoreños, la fiesta del carnaval a través de la danza el “kawiri” se convierte en un escenario donde la alegría, el júbilo, la satisfacción, el placer y el buen humor se desborda. Su plaza y las calles adyacentes en otros momentos tranquilos y hasta cierto punto monótonos se convierten en una vía de mujeres con hermosas polleras y “phullus” multicolores vivos. Cada barrio tradicional como Miraflores, San Juan, San Pedro, Victoria y de las comunidades aledañas: “Chamchilla” y “Wilaq’aya” disfrutan con todo fervor y vigor los tres días que dura la fiesta. A este respecto, en algún momento Nolte Maldonado afirmó: “Me interesó la gente común, sus juegos, su expresividad, tan espontánea. Todos se dejaban llevar por la alegría del carnaval”.
Mientras los sikuris, la morenada, los llameros, la pandilla puneña, los famosos cortamontes e inclusive la danza de las tijeras se amoldan fácilmente a otros lugares del país por acción de los migrantes. En tanto, que la danza el “kawiri” no se adapta con cierta predisposición a las condiciones de vida de otros lares del territorio nacional. Por estos considerandos y otros que resulten como producto de una investigación exhaustivo es dable que la danza el “kawiri” sea estimado como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
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